DON FINKEL, Negarse a <<dar clase>>: Separar Poder y Autoridad en el aula
Hola Manuel: Soy Ana Orche tu compañera de Clase en el máster. Te escribo porque al leer el texto de Finkel me he quedado con las ganas de compartir reflexiones y profundizar en algún aspecto relacionado con el poder y autoridad en el aula. Sé que tú también estabas interesado en ello, por lo que me parecería perfecto tratar este tema contigo. En primer lugar, me ha llamado mucho la atención la propuesta metodológica que hace el autor, pues el seminario abierto es la mejor manera de que los alumnos aprendan a hacer sus propios descubrimientos, que desarrollen la capacidad de indagar sin depender continuamente de una autoridad, y, en definitiva, que adquieran independencia mental, autonomía de pensamiento. Se trata de potenciar su confianza para que puedan resolver cuestiones interesantes sin depender de una autoridad mental. Este método está perfectamente implantado ya en la mayoría de los países (por ejemplo en Suecia, donde yo misma fui alumna de estos seminarios), pero en España, muy a mi pesar, todavía no ha llegado a calar. Entiendo que muchos profesores que no conozcan al completo cómo funciona este sistema de enseñanza consideren que es una locura dejar la clase en manos de los estudiantes. Por ello, sería razonable que estos profesores se planteasen dudas como qué tipo de clase van a crear si niegan sus palabras a los estudiantes, si rechazan su liderazgo, si se convierten en observadores casi absolutos. ¿No te parece razonable que se pregunten dónde queda su poder y autoridad?
Espero que a partir de aquí, sigamos compartiendo preguntas y reflexiones interesantes. Agradezco tu respuesta. ¡Un saludito!
Hola Ana:
La pregunta que me haces es muy interesante. En primer lugar, hay que diferenciar poder de autoridad, tal y como lo hace Finkel: "poder es sencillamente la capacidad de hacer que las cosas ocurran". La autoridad, en cambio, es muy diferente, "es algo a lo que se recurre", se basa en una "esfera trascendente", en nuestro caso la autoridad deriva de la Constitución. La autoridad, por tanto, "es la que crea las circunstancias en las que puede ser ejercido el poder, permite que las personas ejerzan el poder para gobernarse a sí mismas proporcionando un marco estable y un modus operandi para que ellas mismas lo hagan. Y cuando hay un conflicto recurrimos a esos documentos e instituciones autoritativos para resolverlos."
Cuando somos pequeños recurrimos a nuestros padres como fuente de poder y autoridad, por ello se tienden a confundir y tomar como si fueran lo mismo. Pero no es así. Esto conlleva problemas, ya que "para ser libres de gobernarnos a nosotros mismos, para constituir una comunidad democrática, debemos ser capaces de coger poder con nuestras propias manos, respetando las instituciones de autoridad que crean el escenario en el que esperamos ejercer el poder."
Lo que se plantea en el capítulo de Finkel es que el profesor entregue a sus alumnos el poder, pero no la autoridad. No obstante, hay dos tipos de poder que deben diferenciarse: por un lado, el "poder institucional", puesto que el profesor representa la escuela; y, en segundo lugar, "el poder de la experiencia", puesto que es un adulto. El poder institucional se puede ejercer a través, por ejemplo, de la calificación. Entonces, el profesor reniega de su poder de la experiencia, que es el que le aporta el liderazgo en una situación en la cual hay que tomar el poder.
En definitiva, no se pierde todo el poder, quedaría el institucional y, por supuesto, el profesor mantendría su autoridad. Ahora bien, ¿crees que esta manera de dar clase es positiva para la sociedad?