NATALIA SE QUEDA CON...
Las diferentes sesiones en las que hemos reflexionado sobre la innovación en distintos aspectos de la enseñanza, personalmente, me han resultado muy interesantes para mi futura práctica docente. Todas las ideas que hemos comentado en voz alta son, a mi juicio, beneficiosas para nuestros alumnos, verdaderos protagonistas del proceso de aprendizaje.
En su día, creo que todos los profesores, especialmente los vocacionales, tuvieron ideas renovadoras al comenzar su carrera profesional. ¿Qué ocurre con los años? ¿Por qué se pierde este espíritu? ¿En qué momento uno se desvía del camino que él mismo ha diseñado? ¿Cuándo el sistema educativo te “corrompe”?
A modo de contrato personal, asumiré lo expuesto en este documento. Creo que mi concepción de lo que es ser buen profesor no debe cambiar con el paso del tiempo. Quiero ser ahora y en el futuro una persona competente en mi trabajo y, para ello, considero que tengo que asumir los siguientes principios:
*Contenidos
Los contenidos no se pueden modificar, puesto que están así establecidos. Sin embargo, sí se puede cambiar la manera de trabajar con ellos: no deben ser el centro de atención las características de la literatura medieval, sino que los alumnos sepan extraer las características de un texto y determinar de qué época es.
*Evaluación
Evaluar no es calificar y, sin embargo, el sistema está diseñado para que se evalúe calificando. En mi opinión, la manera más justa de evaluar consiste en realizar el mismo tipo de pruebas durante todo el curso y examinar de competencias y no de conocimientos. De esta manera, se podrá realizar una verdadera evaluación, ya que nos permitirá determinar las carencias de los alumnos y si ha habido o no evolución respecto a exámenes anteriores. Creo que es importante realizar una evaluación cero y acudir a ella al final de cada evaluación, para comprobar ese progreso.
Los alumnos, cuando reciben sus exámenes corregidos, lo que esperan es una nota; solo se centran en ello y pocas veces miran en qué han fallado. ¿Por qué no cambiar de método? Creo que es más beneficioso decirle a los alumnos si han superado o no el examen que ponerles una nota. Por otro lado, hay que invertir tiempo en anotar en el examen, no solo aquello que está mal, sino también hacerles saber qué es lo que tienen bien o qué cuestiones difíciles han resuelto de manera satisfactoria.
*Metodología
El alumno debe ser el actor principal en el aula, por tanto, su participación en las clases es un requisito imprescindible. El profesor deja de ser el centro, la fuente de conocimientos; cuando un alumno tenga una duda, sus propios compañeros serán los encargados de responder y resolver esas cuestiones.
Para fomentar la lectura, un día a la semana tendrán que traer un libro. Generalmente, los alumnos pierden pronto la concentración. Sin embargo, si se crea un hábito lector, esa capacidad aumenta, algo que he podido comprobar in situ en las prácticas. Creo que es conveniente leer media hora y después, de manera individual, que cada uno trabaje en la configuración de su propia ficha de lectura. En esta ficha de lectura tienen que buscar información sobre el autor, resumir la obra, determinar los temas que predominan en ella, la caracterización de los personajes y la ambientación (en qué época y en qué lugar se sitúa la obra). Es recomendable que se acostumbren a leer con un lápiz en la mano, para que escriban sobre el propio libro o sobre post-it, y recordarles que son pequeños inspectores en busca de datos que les ayuden a configurar dicha ficha. En mi opinión, la realización de una ficha de lectura contribuye a dar sentido a lo leído. Los alumnos que comprenden lo que leen recuerdan con mayor aprecio sus lecturas. Creo que de esta manera será posible crear buenos alumnos lectores.
*Recursos
Siempre que pensamos en recursos dentro del aula lo asociamos a la tecnología. Es cierto que los nuevos medios audiovisuales ofrecen muchas posibilidades, pero únicamente ofrecen ventajas cuando se utilizan de manera verdaderamente innovadora. Por otro lado, no se pueden convertir en el pilar de la clase; tiene que hacerse tanto uso de estos medios como del libro de texto u otros libros que lleve el profesor al aula.
Existen otros recursos que pocas veces son tenidos en cuenta. Las bibliotecas de los centros suelen estar cerradas o son utilizadas como aulas de castigo durante el recreo. ¿Por qué no darles vida? Hay muchas actividades que pueden surgir desde dentro de la biblioteca. Una de ellas podría ser promocionar varios libros cada mes. Normalmente hay lecturas obligatorias en el curso, ¿por qué no organiza la biblioteca un concurso en el que, mediante pistas, tengan que adivinar un personaje de esta lectura?
En su día, creo que todos los profesores, especialmente los vocacionales, tuvieron ideas renovadoras al comenzar su carrera profesional. ¿Qué ocurre con los años? ¿Por qué se pierde este espíritu? ¿En qué momento uno se desvía del camino que él mismo ha diseñado? ¿Cuándo el sistema educativo te “corrompe”?
A modo de contrato personal, asumiré lo expuesto en este documento. Creo que mi concepción de lo que es ser buen profesor no debe cambiar con el paso del tiempo. Quiero ser ahora y en el futuro una persona competente en mi trabajo y, para ello, considero que tengo que asumir los siguientes principios:
*Contenidos
Los contenidos no se pueden modificar, puesto que están así establecidos. Sin embargo, sí se puede cambiar la manera de trabajar con ellos: no deben ser el centro de atención las características de la literatura medieval, sino que los alumnos sepan extraer las características de un texto y determinar de qué época es.
*Evaluación
Evaluar no es calificar y, sin embargo, el sistema está diseñado para que se evalúe calificando. En mi opinión, la manera más justa de evaluar consiste en realizar el mismo tipo de pruebas durante todo el curso y examinar de competencias y no de conocimientos. De esta manera, se podrá realizar una verdadera evaluación, ya que nos permitirá determinar las carencias de los alumnos y si ha habido o no evolución respecto a exámenes anteriores. Creo que es importante realizar una evaluación cero y acudir a ella al final de cada evaluación, para comprobar ese progreso.
Los alumnos, cuando reciben sus exámenes corregidos, lo que esperan es una nota; solo se centran en ello y pocas veces miran en qué han fallado. ¿Por qué no cambiar de método? Creo que es más beneficioso decirle a los alumnos si han superado o no el examen que ponerles una nota. Por otro lado, hay que invertir tiempo en anotar en el examen, no solo aquello que está mal, sino también hacerles saber qué es lo que tienen bien o qué cuestiones difíciles han resuelto de manera satisfactoria.
*Metodología
El alumno debe ser el actor principal en el aula, por tanto, su participación en las clases es un requisito imprescindible. El profesor deja de ser el centro, la fuente de conocimientos; cuando un alumno tenga una duda, sus propios compañeros serán los encargados de responder y resolver esas cuestiones.
Para fomentar la lectura, un día a la semana tendrán que traer un libro. Generalmente, los alumnos pierden pronto la concentración. Sin embargo, si se crea un hábito lector, esa capacidad aumenta, algo que he podido comprobar in situ en las prácticas. Creo que es conveniente leer media hora y después, de manera individual, que cada uno trabaje en la configuración de su propia ficha de lectura. En esta ficha de lectura tienen que buscar información sobre el autor, resumir la obra, determinar los temas que predominan en ella, la caracterización de los personajes y la ambientación (en qué época y en qué lugar se sitúa la obra). Es recomendable que se acostumbren a leer con un lápiz en la mano, para que escriban sobre el propio libro o sobre post-it, y recordarles que son pequeños inspectores en busca de datos que les ayuden a configurar dicha ficha. En mi opinión, la realización de una ficha de lectura contribuye a dar sentido a lo leído. Los alumnos que comprenden lo que leen recuerdan con mayor aprecio sus lecturas. Creo que de esta manera será posible crear buenos alumnos lectores.
*Recursos
Siempre que pensamos en recursos dentro del aula lo asociamos a la tecnología. Es cierto que los nuevos medios audiovisuales ofrecen muchas posibilidades, pero únicamente ofrecen ventajas cuando se utilizan de manera verdaderamente innovadora. Por otro lado, no se pueden convertir en el pilar de la clase; tiene que hacerse tanto uso de estos medios como del libro de texto u otros libros que lleve el profesor al aula.
Existen otros recursos que pocas veces son tenidos en cuenta. Las bibliotecas de los centros suelen estar cerradas o son utilizadas como aulas de castigo durante el recreo. ¿Por qué no darles vida? Hay muchas actividades que pueden surgir desde dentro de la biblioteca. Una de ellas podría ser promocionar varios libros cada mes. Normalmente hay lecturas obligatorias en el curso, ¿por qué no organiza la biblioteca un concurso en el que, mediante pistas, tengan que adivinar un personaje de esta lectura?