DEBATE SOBRE LA INNOVACIÓN
¿Qué es la innovación en Lengua castellana y literatura?
Los primeros días de clase se llevó a cabo a cabo un debate que se extendió durante varias interesantes sesiones. A continuación, exponemos de forma sintética algunas de las reflexiones que tuvieron lugar durante esos días.
El área de Lengua castellana y literatura, según comentamos en la primera sesión de clase, es una de las que más urge la necesidad de renovarse y comenzar a innovar en la práctica educativa, dado que su carácter demasiado tradicional, especialmente en lo que se refiere a la enseñanza de la literatura, la hace poco atractiva a nuestros alumnos, quienes la consideran muy alejada de sus intereses, lo que lleva a la monotonía y a la desmotivación, incluso para el profesorado.
¿Para qué innovar?
En esta misma sesión de clase concluimos que la innovación en Lengua castellana y literatura es necesaria para mejorar la práctica educativa y hacerla, precisamente, más atractiva a los ojos de los alumnos, y también para estar al día. En este sentido, anotamos varios sustantivos y adjetivos respecto a la innovación, como I+D, tecnología, redes sociales, nuevo, etc... que sugieren que asociamos la innovación al uso de las nuevas tecnologías en el aula. Sin embargo, pronto quedó claro que la innovación no tiene por qué limitarse al uso de las tecnologías; si, por ejemplo, un profesor utiliza el programa power point para sus clases, pero su concepción de la enseñanza permanece inalterada, y no admite una renovación, no se producirá la innovación de la que estamos hablando. Por tanto, innovar consiste en algo que va más allá del uso de las nuevas tecnologías; se trata no solo de un cambio metodológico, sino de un cambio epistemológico, un cambio en los conceptos de enseñanza, aprendizaje, alumno, profesor, etc. No obstante, estos cambios revisten una gran dificultad, y es conveniente empezar por lo más sencillo, es decir, los medios, la metodología, procurando que el cambio no se quede en la superficie, sino que sea finalmente un cambio profundo.
¿En qué innovar?
No todo cambio es una innovación, sino que solo lo es cuando plantea una mejora real de la situación. Debemos entonces reflexionar para averiguar cuál es problema en nuestra área, la de Lengua castellana y literatura, para actuar sobre los elementos susceptibles de innovación que puedan conducir a mejorar la enseñanza de esta asignatura.
- Innovación en los contenidos
En relación con esta idea, se observa también la necesidad de abordar la asignatura con un enfoque multidisciplinar.
Una de nuestras compañeras sugirió que la innovación también tendría que alcanzar a los contenidos del currículo oficial de Lengua castellana y literatura, cuyo principal problema es que se repiten a lo largo de los cursos de la ESO y del Bachillerato, de manera que llegan a resultar tediosos. Además, señalamos que habría que innovar con el objetivo de conseguir una mayor motivación del alumnado y en la actitud del profesorado, que muchas veces se muestra reacio a cambiar cualquier aspecto de su método de enseñanza. La innovación debe consistir en actuar en función de las características del alumnado, cada vez más heterogéneo, para acercar sus intereses a la materia.
- Innovación en la metodología
Prácticamente todas esas propuestas abogaban por la motivación de los estudiantes (leer durante los diez primeros minutos de cada clase, proponer que busquen frases significativas que transmitan sentimientos, etc.). La motivación parece ser el motor principal de la enseñanza, pero no todas las técnicas o métodos son los idóneos. Tenemos que pensar en los intereses y necesidades reales de los estudiantes, y no dejarnos llevar por nuestros intereses personales o por una fe ciega en los alumnos.
También abordamos otros asuntos relacionados con la metodología. Por ejemplo, se propuso la división de la clase en grupos de trabajo que darían la clase al resto de compañeros. Esta práctica es peligrosa, puesto que no todos participan de la misma manera y no todos los grupos abordan la actividad con éxito. Además, puede resultar una actividad compleja si hay problemas entre los propios compañeros de un grupo. Sin duda, si esta actividad se programa, el profesor debe tener en cuenta por qué lo hace, para qué, y cómo va a abordarla.
- Innovación en evaluación
También creemos que, al igual que es necesario el trabajo por competencias, también lo es la evaluación. Todo aquello que no se evalúe con importancia, también perderá relevancia para los alumnos y alumnas. Por lo tanto, hay que ser coherentes a la hora de evaluar y demostrar que aquello a lo que se le da mucha nota es porque realmente la merece.
Otro de los temas que surgen son las medidas de atención a la diversidad. Algunos compañeros plantean la necesidad de atender no solo a los alumnos con problemas, sino también a los alumnos excelentes. A raíz de esta propuesta se crea un debate en torno a la conveniencia de establecer diferencias entre los alumnos. En mi opinión, creo que lo justo es que se trate de manera diferente a cada uno de los alumnos, porque todos ellos son distintos. Para cerrar esta sesión, se propone que todo el proceso gire en torno a fomentar la creatividad y a que ésta sea la luz que ilumine el aprendizaje.
- Innovación en los recursos
¿Qué sentimientos genera en nosotros la innovación?
Muchos de nosotros coincidimos en observar que la innovación suele generar sentimientos de miedo, incertidumbre o riesgo entre el profesorado que se empeña en introducir cambios profundos en su manera de dar clase y en su concepción de la enseñanza. El mayor temor es que lo que nos ha costado tanto esfuerzo no funcione y no genere el cambio que esperamos, de modo que nos conduzca a la frustración, un sentimiento asociado a la innovación que hay que saber gestionar. No obstante, somos jóvenes y hay que intentarlo, no darse por vencido o rendirse desde el primer momento resignándonos.
¿Es este un buen momento para innovar en Lengua Castellana y Literatura?
Consideramos que es prácticamente imposible llevar a cabo un cambio tan profundo como el epistemológico para llegar a la verdadera innovación, principalmente debido a que la mayoría del profesorado actual lleva décadas en la enseñanza y no es fácil que cambie su concepción de la misma. No obstante, tenemos esperanza de que los que ahora nos incorporamos a la enseñanza podamos hacer el esfuerzo de empezar desde el principio con una actitud diferente respecto a la enseñanza, el aprendizaje, los alumnos, etc. La innovación es quizá la única vía para lograr que los alumnos sientan motivación por los contenidos de nuestra asignatura, pero es nuestra responsabilidad hacer el esfuerzo de pensar en ellos día a día para que la innovación no sea solo un cambio superficial, sino una mejora palpable. Por todo ello, creemos que cualquier momento es adecuado para innovar en nuestra asignatura, incluido el actual. Estamos preparados para ello y, lo más importante, creemos en que se pueden llevar a cabo esos cambios. Además, ya con nuestra experiencia de prácticas hemos debatido con nuestros profesores ciertos métodos quizá innovadores, que si bien no han llegado a cambiar nada, al menos, han movido un granito de arena que poco a poco puede llegar a transformarse en un verdadero cambio. Hay que empezar por las pequeñas cosas y luego ir más allá.