ESTHER SE QUEDA CON...
· Contenidos. De todo lo que aportaron los compañeros que se dedicaron a discutir cómo se podía innovar en el plano de los contenidos de Lengua castellana y literatura, me quedo con la posibilidad de trabajar por competencias (hablar, escuchar, leer y escribir), de modo que cada docente pudiera establecer un orden de trabajo de los contenidos según la competencia a trabajar y el nivel de sus alumnos, e incluso no trabajar determinados contenidos y dejarlos para otro curso. En el área de literatura, una de las aportaciones que yo propuse sería trabajar la sensibilidad de los alumnos para abordar con más eficacia la educación literaria en los primeros cursos.
· Metodología. En este punto, me quedo con el uso de planteamientos metodológicos que, ante todo, se alejen de la clase expositiva, o al menos eviten usarla demasiado a menudo. No obstante, estoy de acuerdo en que, como algunos compañeros señalaron, es importante no establecer rutinas (por ejemplo, “leer diez minutos cada día”). Quizá lo más adecuado sería buscar un planteamiento metodológico diferente para cada tipo de grupo y tipo de contenido o competencia que se vaya a trabajar.
· Evaluación. Sobre este punto trabajamos dos grupos. De las ideas que aportó el otro grupo, me quedo con la posibilidad de hacer una evaluación de diagnóstico de los alumnos al principio de curso para comprobar su progreso y su esfuerzo a lo largo del mismo y ser así más justos al evaluar. También me atrajo especialmente la idea de hacer controles distintos en los que se examinaran competencias o contenidos, e incluso una competencia o un contenido, en lugar de mezclarlos en una sola prueba escrita. Creo que así sería más fácil para nosotros evaluar cómo nuestros alumnos evolucionan en las competencias requeridas para nuestra asignatura y ellos seguramente no tendrían tanta presión encima y no fallarían en una competencia por centrarse demasiado en aprenderse de memoria un contenido, por ejemplo. Lo cierto es que las propuestas de este grupo estaban muy en línea con las del mío, pues ambos coincidíamos en la importancia de evaluar competencias. A nosotros este fundamento nos sugirió la idea de abandonar la calificación numérica, ya que evaluar no es lo mismo que calificar, y centrarnos en señalar por escrito continuamente los progresos y dificultades de cada alumno para ayudarles a avanzar.
· Recursos. Estoy muy de acuerdo con la aportación de este grupo, que básicamente señaló la importancia de introducir recursos tecnológicos en el aula, pero eso sí, siempre que vayan acompañados de un cambio en todos los demás componentes de la educación.
· Metodología. En este punto, me quedo con el uso de planteamientos metodológicos que, ante todo, se alejen de la clase expositiva, o al menos eviten usarla demasiado a menudo. No obstante, estoy de acuerdo en que, como algunos compañeros señalaron, es importante no establecer rutinas (por ejemplo, “leer diez minutos cada día”). Quizá lo más adecuado sería buscar un planteamiento metodológico diferente para cada tipo de grupo y tipo de contenido o competencia que se vaya a trabajar.
· Evaluación. Sobre este punto trabajamos dos grupos. De las ideas que aportó el otro grupo, me quedo con la posibilidad de hacer una evaluación de diagnóstico de los alumnos al principio de curso para comprobar su progreso y su esfuerzo a lo largo del mismo y ser así más justos al evaluar. También me atrajo especialmente la idea de hacer controles distintos en los que se examinaran competencias o contenidos, e incluso una competencia o un contenido, en lugar de mezclarlos en una sola prueba escrita. Creo que así sería más fácil para nosotros evaluar cómo nuestros alumnos evolucionan en las competencias requeridas para nuestra asignatura y ellos seguramente no tendrían tanta presión encima y no fallarían en una competencia por centrarse demasiado en aprenderse de memoria un contenido, por ejemplo. Lo cierto es que las propuestas de este grupo estaban muy en línea con las del mío, pues ambos coincidíamos en la importancia de evaluar competencias. A nosotros este fundamento nos sugirió la idea de abandonar la calificación numérica, ya que evaluar no es lo mismo que calificar, y centrarnos en señalar por escrito continuamente los progresos y dificultades de cada alumno para ayudarles a avanzar.
· Recursos. Estoy muy de acuerdo con la aportación de este grupo, que básicamente señaló la importancia de introducir recursos tecnológicos en el aula, pero eso sí, siempre que vayan acompañados de un cambio en todos los demás componentes de la educación.